Hoy en día, contar con un buen parlante ya no es un lujo, sino una necesidad para quienes disfrutan de la música, las películas o los videojuegos con una experiencia envolvente. Pero con tantas opciones en el mercado, surge la pregunta: ¿en qué debemos fijarnos al comprar uno? Aquí te dejamos los puntos clave para tomar la mejor decisión.
1. Potencia en vatios: volumen y rendimiento
La potencia, expresada en vatios (W), es uno de los primeros factores a considerar. Cuantos más vatios tenga un parlante, mayor será el volumen que puede alcanzar sin distorsionar el sonido.
- Parlantes pequeños: entre 5 y 20 W, ideales para uso personal.
- Parlantes medianos: entre 20 y 60 W, pensados para reuniones y espacios cerrados.
- Parlantes grandes: más de 100 W, perfectos para fiestas o exteriores.
Eso sí, más vatios no siempre significa mejor calidad. La clave está en que el equipo mantenga un equilibrio entre potencia y fidelidad de audio.
2. Calidad de sonido: más allá del volumen
Aunque la potencia en vatios es importante, no garantiza una buena experiencia auditiva. La verdadera diferencia entre un parlante básico y uno de calidad está en cómo reproduce el sonido. Estos son los aspectos clave que conviene revisar:
a) Rango de frecuencias
Cada parlante cubre un espectro sonoro determinado, medido en hercios (Hz).
- Bajos (20 Hz – 250 Hz): responsables de la profundidad y los sonidos graves. Si te gusta escuchar géneros como reguetón, electrónica o hip hop, un parlante con buen refuerzo de bajos será fundamental.
- Medios (250 Hz – 4 kHz): es la zona donde se sitúan la mayoría de las voces e instrumentos melódicos. Un mal rendimiento aquí puede hacer que la música suene apagada o poco clara.
- Agudos (4 kHz – 20 kHz): aportan brillo y detalle, esenciales para géneros como el jazz, el rock o la música clásica.
Cuanto más amplio sea el rango, mayor fidelidad tendrá el sonido, aunque la calidad final también dependerá de los materiales y la ingeniería del parlante.
b) Número de vías o altavoces internos
Un parlante puede tener una o varias vías (drivers) encargadas de reproducir distintas frecuencias:
- 1 vía (full range): compactos y económicos, adecuados para uso casual.
- 2 vías (woofer + tweeter): ofrecen mejor separación entre graves y agudos.
- 3 vías o más: usados en parlantes de alta gama, logran una experiencia más inmersiva.
La ventaja de contar con varias vías es que cada componente está especializado en un rango, evitando distorsiones y aportando mayor claridad.
c) Distorsión armónica total (THD)
La distorsión armónica total mide qué tanto “ensucia” el parlante la señal original.
- Se recomienda buscar modelos con un THD menor al 1%, ya que esto significa que lo que escuchas está muy cerca de la grabación original.
- En parlantes de calidad, el sonido se mantiene nítido incluso a volúmenes altos.
d) Sensibilidad (dB)
La sensibilidad, expresada en decibelios (dB), indica cuán eficiente es el parlante para transformar la energía en sonido.
- Un parlante con sensibilidad de 85 dB o más suele ofrecer un volumen adecuado sin necesidad de tanta potencia.
- Si la sensibilidad es baja, necesitará más vatios para sonar fuerte.
e) Tecnologías de mejora de sonido

Muchos modelos actuales incluyen funciones que enriquecen la experiencia:
Procesamiento de audio 3D o envolvente: simula un efecto cinematográfico, muy útil para ver series o jugar videojuegos.
Refuerzo de bajos (Bass Boost): ideal para quienes buscan potencia en frecuencias graves.
Ecualizadores digitales (EQ): permiten personalizar el sonido según el género musical o el espacio.
3. Autonomía y batería
Si se busca portabilidad, la duración de la batería es clave. Hoy en día, muchos modelos ofrecen entre 8 y 20 horas de reproducción continua. Si el parlante será usado en exteriores o viajes, conviene apostar por una batería de mayor capacidad y con carga rápida.
4. Conectividad y compatibilidad
Un parlante moderno debe ser versátil. Algunos puntos a tener en cuenta:
- Bluetooth 5.0 o superior para una conexión estable y sin cortes.
- Entradas auxiliares o USB como alternativas al inalámbrico.
- Compatibilidad multipunto, que permite conectar varios dispositivos al mismo tiempo.
- En modelos más avanzados, Wi-Fi y asistentes de voz para integrarse con el hogar inteligente.
5. Tamaño y diseño
No es lo mismo un parlante para el escritorio que uno pensado para ambientar toda una sala. Además de las dimensiones, el diseño estético juega un papel importante: algunos modelos minimalistas se integran en la decoración del hogar, mientras que otros son más robustos y llamativos, pensados para fiestas.
6. Resistencia y durabilidad
Si el parlante se usará al aire libre, conviene verificar su grado de protección. Los modelos con certificación IPX5, IPX6 o IPX7 son resistentes al agua y al polvo, lo que garantiza mayor durabilidad en contextos exigentes como la playa o la piscina.
7. Funciones extra
Algunos parlantes ofrecen características adicionales que marcan la diferencia:
- Sincronización estéreo con otros dispositivos.
- Luces LED para animar reuniones.
- Micrófono integrado para llamadas o videoconferencias.
- Asistentes de voz para controlar música y otros dispositivos con comandos hablados.
Conclusión
Elegir el parlante adecuado depende de las necesidades de cada usuario: potencia para fiestas, portabilidad para viajes, calidad de sonido para los más exigentes o resistencia para quienes disfrutan al aire libre. Lo importante es tener en cuenta factores como los vatios de potencia, la autonomía, la conectividad y la durabilidad, de modo que la inversión se traduzca en una experiencia sonora completa y duradera.